martes, 7 de marzo de 2017

Y DE PRONTO... CALOR.

¿Habéis visto alguna vez Harry Potter? Si es así seguro que estáis familiarizados con la palabra "dementor".
Para los que no sois fan de estas películas os diré que un dementor es una criatura oscura que se alimenta de tu felicidad, te absorbe la paz.
Pues cada vez que Javi tiene que pasar una revisión me siento así; como si un dementor anidase cerca, acechando...
Están ahí, revoloteando en la fría sala de espera del hospital, nutriéndose de la alegría de todos los presentes.
Y entonces la hematóloga pronuncia el nombre del paciente y con el corazón encogido entras en la habitación.
¿Ha sonreído? ¿Era una sonrisa o imaginaciones? Bueno, que diga algo ya, que diga que todo está bien y luego seguimos hablando de lo que quiera.
-¿Cómo estás?- le pregunta a Javi- ¿Te has sentido mal estos meses?
¿Y ahora por qué pregunta eso? Creo que los dementores han entrado porque cada vez me siento peor.
Y en ese momento la hematóloga pronuncia su encantamiento patronus.
-Bueno, las pruebas te han salido perfectas.
Y se van. Noto como los monstruos se van. Vuelvo a sentir el calor, la felicidad me invade como nunca antes.
De nuevo podemos respirar sin que vuelvan... por lo menos hasta dentro de seis meses.


SI!! Esta entrada tan súper mega friki es para contaros que hemos tenido visita a las hematólogas y Javi está más sano que una manzana. Toma ya!! Creo que los nervios de pasar estas ITV no se van a ir nunca pero con gusto los pasamos si las noticias siempre son tan buenas.
Yo suelo observar a mi chico en la sala de espera. Me mira y me sonríe. Sé que sabe que estoy nerviosa aunque lo intento esconder delante de él pero me conoce demasiado bien. Tan bien como yo a él. También veo debajo de su sonrisa, me doy cuenta de que los ojos no brillan igual. Pero también intenta hacerme ver que no pasa nada, que está todo bien.
Tengo mucha suerte de tener a este compañero de viaje a mi lado. Siempre fuerte, siempre positivo, siempre en pie.
Me río yo de los superhéroes de la gran pantalla.
Mi chico valiente... cuántas veces me hubiera cambiado por él (y como me riñe cada vez que lo digo).


Una más. Y os lo cuento para daros esperanza. Claro que se puede. Y claro que se sale.